Iniciativas como el Madrid Leaders Forum son siempre necesarias. Nos permiten tomar el pulso a la actualidad de diferentes sectores y hacerlo con una visión diferente del liderazgo y hablar de temas como el desarrollo y la sostenibilidad.
En esta ocasión, el lema que articulaba todas las intervenciones era: “ODS: liderando el compromiso global” y, al hilo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, se generó debate a través de ponencias y mesas redondas para que sirvieron para sacar conclusiones a cualquiera que las escuchase con interés.
Mi conferencia sobre el origen del desarrollo y la sostenibiidad.
Lo cierto es que, para cuando llegó mi turno de exponer, todo lo que escuché en aquellos que me precedieron me reafirmó en la idea que me llevó a escribir la presentación que estaba a punto de proyectar en el escenario. Parece una tontería, pero siempre tranquiliza darse cuenta de que va por el buen camino antes de dar un paso más (por cierto: gracias a la persona de la organización que me previno de no dar un paso más fuera del escenario y empezar con mala pata literalmente).
Se había hablado de desarrollo y sostenibilidad en todos los aspectos posibles: de ahorro energético, economía circular, descarbonización, reducción de las desigualdades o salud y bienestar de nuestros equipos.
Y para mí, plenamente de acuerdo, se podría resumir en cuatro conceptos:
- Pandemias
- Madera
- Gutaperchas
- Tierras raras
Entiendo que la hoja de ruta inicial puede parecerte sorprendente, incluso puede que no sepas qué demonios es una gutapercha, pero el conjunto de estos cuatro elementos encierra el origen de lo que debería ser la sostenibilidad ahora y en el futuro. Al fin y al cabo ¿qué es el futuro si no el pasado repetido muchas veces?
Pandemias
Empecé con una mala noticia: estamos abocados a la catástrofe, tal y como dice William H. McNeill. Tal vez esta sea la única forma en que la naturaleza es capaz de auto-preservarse.
Y es que la vida es la única condición realmente indispensable para que se pueda empezar a hablar de sostenibilidad o de progreso.
Pandemia: la palabra de los últimos años. Repetida hasta la saciedad en los medios, en artículos y publicaciones de todo tipo.
Pero no es una novedad, obviamente, hemos vivido cíclicamente muchas de ellas. Viruela, peste negra, gripe española, SIDA… y todas han tenido un serio impacto en la población y, por extensión, en la economía.
Las primeras pandemias son consecuencia del progreso. Las personas se desplazan, cambian de territorio, se mezclan y se vuelven vulnerables a gérmenes y virus exógenos. Paradójicamente, progresar podía llevarnos a un escenario que comprometiese la existencia de la raza humana.
El progreso también será lo que nos salve: la vacunación representa un cortafuegos y un ejemplo de cómo las naciones y comunidades que se han preocupado por la sostenibilidad sanitaria de sus miembros, han conseguido garantizar unas mejores condiciones a todos los niveles.
Pero seguiremos sufriéndolas y mitigándolas gracias a la evolución. Por cierto, en la charla puedes ver un par de ejemplos de hasta que punto hemos sido un país puntero en inmunología.
Madera
La madera es la materia prima por excelencia. Se ha utilizado históricamente para absolutamente todo: desde la creación de infraestructuras a fuente de energía. El problema es que no siempre hemos sido conscientes de que, crecer a un ritmo exponencial, requiere de más madera de la que se puede generar de manera natural y lo mismo ocurrió más adelante con los combustibles fósiles.
Solo una nota: Europa tenía una extensión arbórea equiparable al Amazonas hace “solo” 1.000 años. ¿Qué ha ocurrido con todos esos árboles? El progreso o, al menos, esa idea del progreso que no era sostenible. Y eso, aunque algunos visionarios se ocuparon de reforestar a medida que se construían barcos y ciudades (si quieres saber quiénes… tendrás que ver el video de la charla, pero en eso también fuimos pioneros).
Hubo voces a las que convendría haber prestado atención muchos años atrás. Hans Carl Von Carlowitz, en el año 1670, comenzó a hablar de la importancia de la silvicultura, con lo que fue el primero en hablar indirectamente de sostenibilidad.
Pero La Armada española vio el problema antes aún que Carl Von Carlowitz y actuó imponiendo por ley la repoblación, haciendo un seguimiento para asegurarse de que la ley se cumplía so pena de multas y sanciones. Este es el primer modelo de control de la producción de la materia prima.
Esto nos lleva a una nueva paradoja: el progreso nos ha hecho menos sostenibles, porque la madera era una materia prima regenerable. Hemos hiperdesarrollado sin tener una fuente de energía renovable que pudiera reponerse al mismo ritmo que crecíamos.
Quédate con la importancia de la gestión de los recursos dentro de la sostenibilidad, especialmente cuando estos tienden a cero y no hay una alternativa igual de eficiente.
Gutapercha
Si no eres de los que no han oído hablar aún de la gutapercha, te diré que se trata de un árbol original y exclusivo de Malasia.
Bien, pues este árbol es crítico en las telecomunicaciones. Sin él no se habría podido unir mediante cable Estados Unidos con Inglaterra. Para realizar esta conexión y poder utilizar el telégrafo, hubo que recurrir a un hilo de cobre de 8.000 kilómetros depositado en el lecho marino y, claro, era necesario aislarlo con un material que lo recubriese para evitar que las condiciones ambientales lo deteriorasen.
El mejor producto conocido para ese menester, antes del descubrimiento del caucho, estaba en las colonias inglesas. Era la gutapercha y el látex natural que se produce utilizando su savia. El problema es que hicieron falta millones de árboles para un cable de aquellas dimensiones.
Afortunadamente para Malasia, el progreso trajo el poliuretano y, con él, su salvación.
Y ya que hablamos del origen, conviene destacar que los cables utilizados en ese primer momento solamente se han sustituido por nuevos materiales: utilizamos exactamente las mismas rutas para el cableado submarino.
Como conclusiones importantes, destacaremos una: el que tiene la materia es capaz de dominar tecnológicamente las telecomunicaciones. En el marco de la Guerra Mundial, Inglaterra corta la comunicación a Alemania que no tuvo más remedio que utilizar la comunicación por radio (mucho más fácil de interceptar).
Esta fue la primera vez que se habló de la globalización de recursos, por mucho que fuera un negocio ruinoso.
Tierras raras
Para ser raras, lo cierto es que estos materiales clave en la tecnología, están presentes en nuestras vidas de manera habitual. Ahora mismo tienes ante ti, en tu teléfono o tu ordenador, un buen puñado de tierras raras. hierro, cobalto, oro… todo ello está dentro de los dispositivos.
Materias primas que requiere todo el planeta, pero que solo están presentes en algunos países (en realidad casi únicamente en China). El resto, entre los que se encuentra Europa, solo son consumidores.
Por lo tanto, globalmente, dependemos de un recurso que es altamente contaminante en su extracción y al que solo tenemos acceso acudiendo al mercado.
La paradoja es que las Tierras Raras son imprescindibles para turbinas, aerogeneradores, vehículos eléctricos y equipos que nos permiten generar energías renovables.
No podemos crecer sin tecnología, pero debemos hacer un uso responsable de la misma porque estamos a expensas de terceros y de materiales finitos. La sostenibilidad es crítica para el crecimiento, pero somos cautivos de la tecnología para seguir creciendo en un modelo que no se sostiene.
Me despedía unas preguntas que hacía a la audiencia, pero que me gustaría que respondieras también tú como lector de este blog.
¿Cómo priorizaría la sostenibilidad?
- ¿Partiendo de las energías?
- ¿Optimizando las materias primas?
- ¿Apostando por las personas?
¿Cómo calificarías la actitud de tus clientes frente a la sostenibilidad?
- ¿Son activistas?
- ¿Les preocupa más por ser una moda?
- ¿Son escépticos?
Qué importante sería poder conectar con la naturaleza en un sentido literal, no tanto bucólico. Establecer un diálogo para conocer su estado y sus necesidadades. Ese sería el paradigma actual que aunaría desarrollo y sostenibilidad.